Lo que se transcribe a continuación es un fragmento muy reducido, del apendice I del libro Terapia de Vidas Pasadas: Un camino hacia la luz del alma, de José Luis Cabouli. En este fragmento, Jose Luis, tiene una charla informal con Morris Netherton, dondé este le comenta una experiencia personal que tuvo, y unos parrafos muy reveladores de los procesos internos del alma.
Morris Netherton fue unos de los pioneros de la Terapia de Vidas Pasadas en Estados Unidos, ya en los años ’60 él empezó a atender gente, muchos antes que Brian Weiss. Morris Netherton tiene una maestría en Consejería Correccional, un doctorado en Psicología y tiene licencia para hacer Consejería Infantil, Matrimonial y Familiar. Su libro Past Lives Therapy fue publicado en 1978; Fue el primero en el campo de la terapia de vidas pasadas. Desde entonces ha escrito otros dos libros y numerosos artículos para libros de texto, revistas y periódicos universitarios. El trabajo del Dr. Netherton ha sido presentado en el documental completo Walking After Midnight, que examinó la reencarnación en el mundo occidental. Morris Netherton también apareció en , que es una película producida por Norman Shealy, M.D., Ph.D. Ha aparecido en entrevistas de Tom Snyder, The Allan Thicke Show, Good Morning America, y ha sido escrito en Time Magazine, McCall’s, Psychology Today, New Age Journal y The Los Angeles Times, así como en otros periódicos y publicaciones periódicas. Los libros del Dr. Netherton han sido traducidos al alemán, holandés, francés, portugués y español. Hoy tiene más de 50 años de práctica clínica y 45,000 sesiones en el desarrollo de esta innovadora terapia que cambia la vida y que puede convertirse en la principal terapia de futuros enfoques psicológicos. El Dr. Netherton ahora está retirado de la práctica clínica, pero continúa capacitando a nuevos terapeutas de vidas pasadas.
Charla con Morris Netherton
Charla con Morris Netherton
JL: ¿Qué fue lo primero le impactó, los primeros indicios que encontró en su trabajo?
M: Lo primero fue cuando me encontré yo mismo en otra vida por primera vez. Yo siempre creí en eso. Mis Padres podrían decirte que uno se imagina de dónde viene, porque yo nací en las colinas del éste del Tennesse, de padres cristianos muy fundamentalistas. Mis Padres eran metodistas y, para ellos, todo este asunto era satánico. Cuando yo tenía seis años de edad, lo recuerdo claramente, estaba sentado en la iglesia y no había otra cosa que hacer que escuchar todos los sermones. Todo eso me parecía un asunto pesado y yo estaba sentado ahí, balanceando mis piernas, diciéndome a mí mismo: “Muchacho, espero que esto no sea todo lo que haya porque, si es así, verdaderamente esta va a ser una vida aburrida”.
Cuando termine el secundario yo sabía que tenía que salir de allí y mi Madre me dijo: “vete nomas tú no perteneces aquí. Puedes volver a visitarnos, pero no perteneces aquí. En algún lugar allá fuera en el mundo hay un sitio para ti. De modo que ve a buscarlo y cuando lo encuentres házmelo saber”. Y así fue. Y les mande una copia de mi libro. Lo recibió un sábado, antes del día de la Madre. No tuve ninguna noticia a de ella durante un mes, y entonces me dije: bueno, tal vez ya no tenga Padres. Yo sabía que él ni lo leería, más aún, no podría admitir que era yo. Pero ella sí lo leyó y finalmente me llamó. Bueno, en realidad me envió una nota: «el libro es muy lindo. Refleja el nivel de tu educación. Cariños, mamá». Era el principio, mi Madre siempre fue muy cariñosa, muy soportativa. Finalmente me llamó y me preguntó:
¿Qué encontraste cuando trabajaste lo prenatal en ti mismo? Allí me di cuenta de cuál era el problema, porque ellos se casaron después de que ella me había concedido y nadie lo sabía y eso era lo que ella temía. Eso no está en el libro y yo me dije que no le iba a poner en ningún libro. Ahí me di cuenta de porque ella se mantuvo en silencio. Entonces le dije:
Bueno, mamá, encontré todo lo que necesitaba saber y se hizo un silencio terrible.
Bueno -contestó- eso es bueno.
-Mam -le dije- deja que te cuente lo que encontré. Encontré a una pequeña niña de 16 años que estaba encinta, que estaba casada con un hombre a quien ella realmente no conocía, pero que estaba firmemente decidida a tener a su bebé, a cuidarlo y procurar que su bebé tuviera realmente una buena vida. Eso es lo que encontré.
Entonces escuché un suspiro de alivio y ella dijo:
-bueno, eso es verdad. Así es como fue.
Mi hermana estaba allí en ese momento y me dijo que cuando mi madre colgó el teléfono fue como si una nube negra la hubiera abandonado.
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JL: Ayer usted habló de cuatro enfermedades cuya incidencia se ha incrementado en los Estados Unidos.: Cáncer, síndrome de Down, esclerosis múltiple, y esclerosis lateral. Usted dijo que muchas de esas personas vienen de los campos de concentración y que han encarnado alrededor de todo el mundo. ¿Podría precisar su idea acerca de esto?
M: Estas enfermedades se producen porque el sistema inmunitario está comprometido. Esto es la auto victimización final, lo cual es el último rol del ser una víctima. La última experiencia de ser una víctima es aquella en la que te victimizas a ti mismo. Cuando has hecho eso terminas con el rol de ser una víctima. Con eso te desprenderás para siempre de la necesidad de ser la víctima de otro. El truco ahora es no convertirte en un victimario. No convertirse en un guardián de un campo de concentración. Pero si miras la forma como muere esta gente… Mira la lógica si tienes cáncer del útero de la mama… ¿Qué otra parte del cuerpo han sido más torturadas o han sufrido más abuso de la mujer a lo largo de la historia? Ésa fue la forma en la que la mujer fue victimizada y torturada y, cuando llegas a esta vida el cáncer es repetir exactamente la misma cosa, pero ahora, ella ya no necesita a nadie que se lo haga a ella. Se lo hace a sí misma y ese es el último acto, el último estadio de ser una víctima.
JL: ¿Cuál sería la razón para esto?
M: sobrevivir. ¡No! No hay tal cosa como castigo. Odio esa palabra. Nadie en el universo te está castigando
JL: ¿Y el auto castigo?
M: No. Es autorrealización. Nadie dice jamás: “me voy a castigar a mí mismo ahora”. Lo que dicen es: “necesito terminar con esto y esta es la forma de hacerlo. Necesito terminar con esta experiencia dolorosa y la mejor forma de hacerlo es hacer lo peor de ella y terminar para siempre con esto”. Y el castigo nunca entra en esto.
JL: Yo no lo veía de esta manera, pero de alguna forma era algo similar, como un aprendizaje. Como que hay una necesidad de ello, no como un castigo sino como que hay algo que aprender.
M: Oh, si. Otra forma de ponerlo es: “me haré a mí mismo lo peor de esto, de forma tal que nadie pueda lastimarme nunca más. Nadie puede hacerme a mí algo tan terrible como yo puedo hacérmelo a mí mismo.” Pero la verdad subyacente a todo esto es supervivencia. Yo creo que la experiencia total aquí, en el planeta tierra, es elementalmente la supervivencia del espíritu humano. Nos enseña a sobrevivir. Si miras la supervivencia en forma literal ella cae en tres categorías: víctima, victimario y observador. A su vez el observador tiene dos categorías. Una es el observador benigno y la otra es el observador impotente. El observador impotente es quien recibe toda la culpa y la vergüenza. Observad alguien que está siendo torturado y no puede ser evitado, pero tú siente como debería ser capaz de evitado y porque no puedes evitarlo comienzas a sentirte culpable y avergonzado porque te sientes impotente. El otro es el observador benigno que dice “¡Eh!, Yo no soy parte de eso. Yo no puedo pertenecer aquí y, si se da la ocasión en que yo pueda hacer algo, entonces ayudaré, pero no formaré parte de la víctima ni del victimario. Permaneceré en un lugar en donde se pueda elegir”. Ahora bien, a la gente no le gusta verte en ese lugar la gente quiere que seas lastimado con ellos o bien quiere verte hiriendo gente junto con ellos porque eso significa que estás de acuerdo con ellos. Pero si tú te quedas en tu lugar, dices: “no, no puedo salvarte… No, no puedo matar a tu padre por ti. Tú tienes que terminar la relación con la persona violenta y salir de eso”. Durante mucho tiempo, en cada vida, te mueves cada vez más profundamente en el rol de víctima hasta que lo terminas periódicamente apareces en una vida en la que te conviertes en victimario donde tú eres la persona que hiere a la gente. Pero no se trata de una cosa mala. En la única forma en que sabes cómo hacerlo. Pero aún así eres responsable por lo que haces. Tienes que aceptar la responsabilidad de lo que has hecho. Pero en realidad, lo que has hecho es aclarar esa parte de la lección. Es como ir a la universidad hay curso que no quieres tomar pero tienes que hacerlo.
JL: ¿Qué hay con el SIDA (aids)? ¿Es lo mismo?
M: ¡Oh, si! Es la combinación más perfecta, física y emocional, porque el sida, por su naturaleza sexual, trae consigo toda la culpa, la vergüenza y la condenación. Y mira lo que hace el virus. Yo pienso que el virus es lo mismo que o tú me matas a mi o yo te mataré a ti. Porque el virus es el victimizador más perfecto que hay. Es algo tan pequeño que nadie puede verlo y… ¡Nos matará a todos! Nos victimizara a todos a menos que aprendamos cómo conquistarlo y no podrás conquistarlo a menos que comiences a pensar en incluir a la mente humana. Porque la mente humana puede desconectar el sistema inmunitario y puede conectarlo nuevamente. No vas a curar el cáncer o el sida o cualquiera de estas cosas hasta que internalices que todos tenemos una inteligencia superior que ayuda a controlar el proceso de curación. De allí saldrá la lección final de autocontrol y libertad. Porque una vez que aprendamos que nuestra mente lo controla, entonces nos daremos cuenta de que nada puede matarnos. Okey, puede que haya algún karma entre los dos en el momento que suceda eso, pero tú vas a volver otra vez y, cuando tú sabes eso volverás con mucho menos karma del que lo haría si no lo supieras, y puede ser que vuelvas y, en unos pocos minutos, durante el nacimiento, limpies tu karma. No necesitas el permiso de nadie para poner fin a tu karma. Si tienes una deuda kármica con alguien, limpiala! No tienen que darte permiso para hacerlo. De hecho, no esperes permiso porque nunca te lo van a dar.
Los roles de víctima y victimizado han invadido la familia. Estos viejos roles ahora están endémicos, están en el verdadero corazón de la civilización que es la familia. Cuando los sanas en la familia está sanando el corazón de donde vienen. Después de cada guerra hay un fuerte aumento de la incidencia de la violencia en las familias porque estos hombres vienen de pelear en guerras y de matar gente, y los ponen de vuelta en una familia y les dicen: “bueno, que tengan una buena vida” y ellos le han estado volando la cabeza a la gente y vienen con toda esa ira. Y ¿que es la ira? ¿Qué es el padre? ¿Cuál es la imagen y el rol de padre? Consiste en ser suave y afirmar los lazos de amor y así comienzas a reprogramar el planeta lejos de la violencia. Porque el hombre ha sido siempre el responsable de la violencia. Pero resulta que ahora las madres están abusando tanto como los padres; yo me sentí yo shockeado cuando descubrí esto. Me atrevería decir que el 40% de las personas con las que he trabajado han sido abusadas por sus madres. Pero te aseguro que si tú tomas a las madres y las llevas a ellas a sus vidas pasadas, encontrarás que ellas fueron los padres (en sus vidas pasadas). ¿Sabes? No puede sostener excusas con gente así. Muchas personas vienen a mi consultorio y me cuentan de qué forma fueron abusadas por su padre pero inmediatamente dicen: “bueno, pero el tubo un padre terrible y mi abuela era…” ¡No! Ésas son excusa con la que hemos aprendido a vivir. ¡No! Se trata de tu padre y tu madre. Tu padre tiene que trabajar sus cosa con alguien más. Pero tú, tú tienes que vértelas con él y tienes que liberarte de eso, no importa lo que diga o no diga tu padre. Puede existir un motivo por el cual tu padre sea violento pero esa no es una excusa.
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Lamentablemente, la charla termina aquí, pues en el contexto que se estuvo desarrollando era en medio del primer Congreso latinoamericano de Vidas Pasadas, en Brasil, en Julio de 1998. Así que, ambos fueron interrumpidos. Pero quería rescatar las reflexiones de Morris Netherton de como el alma se convierte en victima y victimario de si mismo, de forma de traer un tema que necesita ser trabajado y sanado. Es en este sentido, que Morris habla de «Superviviencia».